El Correo: Un previo a la Navidad con ganas de fiesta en Miranda
Suben las reservas, muchas de ellas hechas con bastante antelación, y ganan puntos las cenas frente a las comidas
Un cambio de tendencia obligada inicialmente por el Covid y que, al menos, en la ciudad se ha mantenido; y que ha llevado a que incluso se opte por quedar el viernes a mediodía en lugar de por la noche. También algunos encuentros se han traslado al almuerzo de otros días de entre semana, en función de con quién se quede.
«El tardeo se ha impuesto. Se nota también durante el resto del año», reconoce Íñigo Ruiz, de La Vasca, sin huecos para comer el sábado hasta después de Reyes. «Ya el verano del año pasado se empezó a notar mucho el tirón de las comidas los viernes y sábados». Pero en el caso de Miranda, considera que, además del cambio de hábitos, por lo que le trasladan algunos clientes, pesa también el hecho de que el ocio nocturno se ha reducido y muchos de los locales que abren hasta tarde están dirigidos a un cliente muy joven. Por la tarde hay dónde elegir y sin prisas por el horario de cierre.
De año en año
Pero ya sea para comer o para cenar, como las fechas son las mismas, lo que no ha cambiado es la antelación con la que se reserva. En algunos casos, de año en año. Ruiz ya ha sacado la agenda de 2024 para tomar nota para diciembre del próximo año, consciente de que algunos fijos antes de salir de esta celebración ya marcan fecha para la siguiente.
Las ‘quedadas’ con compañeros de trabajo, amigos, colegas del gimnasio… se multiplican. Hay ganas de fiesta y de celebrar. Más que otros años. Al menos, así lo perciben los restaurantes mirandeses, donde ya en los últimos fines de semana han atendido grupos que, teniendo en cuenta el calendario y cómo caen las festividades del próximo mes, han decidido adelantar alguno de los encuentros pendientes.
Aunque, sin duda, todos coinciden en señalar que los días 15 y 16 de diciembre encabezan el ranking de reservas. De hecho, para esas fechas es muy difícil encontrar una mesa. Sí es posible encontrar hueco para alguna de las jornadas del puente de Constitución-Inmaculada, porque muchos ya tienen otros planes; al igual que 22 y 23, en los que el fin de semana se comparte con Nochebuena. Eso hace que desde ya, muchos restaurantes estén a tope; aunque con huecos en el puente que creen que llenarán con encuentros improvisados que vayan surgiendo esos días.
El calendario y que «la gente quiere salir y celebrar» hace que las previsiones sean «muy buenas», aseguraba Rocío Oñez, de Casa Mima. Y su opinión era compartida por todos los demás consultados. Al igual que el hecho de que cada vez más grupos se inclinan por quedar para comer, en lugar de hacerlo para cenar.
Un cambio de tendencia obligada inicialmente por el Covid y que, al menos, en la ciudad se ha mantenido;y que ha llevado a que incluso se opte por quedar el viernes a mediodía en lugar de por la noche. También algunos encuentros se han traslado al almuerzo de otros días de entre semana, en función de con quién se quede
«El tardeo se ha impuesto. Se nota también durante el resto del año», reconoce Íñigo Ruiz, de La Vasca, sin huecos para comer el sábado hasta después de Reyes. «Ya el verano del año pasado se empezó a notar mucho el tirón de las comidas los viernes y sábados». Pero en el caso de Miranda, considera que, además del cambio de hábitos, por lo que le trasladan algunos clientes, pesa también el hecho de que el ocio nocturno se ha reducido y muchos de los locales que abren hasta tarde están dirigidos a un cliente muy joven. Por la tarde hay dónde elegir y sin prisas por el horario de cierre.
De año en año
Pero ya sea para comer o para cenar, como las fechas son las mismas, lo que no ha cambiado es la antelación con la que se reserva. En algunos casos, de año en año. Ruiz ya ha sacado la agenda de 2024 para tomar nota para diciembre del próximo año, consciente de que algunos fijos antes de salir de esta celebración ya marcan fecha para la siguiente.
Si bien, la mayoría han empezado a llamar para reservar a partir «de agosto y septiembre. La gente es previsora». Normal, sobre todo, cuando se trata de grupos grandes, con hasta un centenar de personas como tienen algunos en Carbón y Horno de San Juan, y también cuando hay gente que tiene que encajar varias comidas y cenas en un periodo corto. «La gente es previsora»
La agenda de Oula, Mercado, Viva y Erre también está muy llena desde este fin de semana para acoger las celebraciones navideñas. Lo está por encima de las registradas el año pasado a estas alturas. No es la única diferencia que ha notado Alberto Molinero. Como sus compañeros, la demanda de reservas para comidas se ha convertido en algo a destacar. «La gente está más perezosa por las noches».
Aunque hay quien aún está decidiendo cuándo juntarse, dónde y qué comer. «Yo sigo recibiendo solicitudes de información para reservas y mandando menús», apuntaba Beatriz Cardero, responsable de Horno de San Juan, un emplazamiento con mucha capacidad para juntar gente en una única jornada.
Eso sí tanto en su caso como en el del resto, en esos días reciben a los clientes con un menú cerrado ya previamente, lo que facilita el trabajo tanto a los que organizan como a los responsables de las cocinas, de cara a comprar y elaborar.
También va en aumento el tirón de reservas para realizar las celebraciones familiares de las fechas tradicionales de Nochebuena, Navidad, Noche Vieja y Año Nuevo en un restaurante. Los que abren esos días tienen mucha demanda. De hecho, Carbón para alguno de esos días tiene lista de espera. Y es que, Jesús Conde, responsable de ese espacio y de Bocca, tiene claro que la ‘logística’ de las viviendas actuales ni por espacio ni por menaje es sencilla para acoger a grupos amplios de familia. Tampoco mucha gente está dispuesta a asumir las tareas de comprar, cocinar y limpiar. «Las casas ya no tienen espacio para juntarse tanta gente y es más cómodo que te lo sirvan. Además, ha subido tanto la compra que no sale rentable hacerlo. Se calcula peor y siempre acaba sobrando. Nosotros estamos acostumbrados y nos ajustamos más», apuntó Cardero.
Así que salir a restaurantes es una opción en alza. En Reyes, sin ninguna duda. En una fecha para la que la mayoría de los restaurantes ya tienen muchas plazas cubiertas. Oñez, de hecho, aún recuerda que en verano cerró una reserva para ese día que, en su caso, ya tiene completo, al igual que Conde. Más de la mitad está ocupado también en Horno de San Juan, con muchos salones disponibles. Elevadas son las mesas que tiene ocupadas Molinero, que recuerda que hasta hace no mucho era en diciembre cuando empezaban a recibir llamadas para el 5 y 6 de enero.